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miércoles, 1 de mayo de 2013

martes, 30 de abril de 2013

Confederación Perú - Boliviana

Observen los siguientes vídeos del programa sucedió en el Perú, tomen nota de las ideas principales, luego, contesten la ficha de visionado.


























Lean el siguiente texto, el mismo les ayudará a completar lo estudiado en clase:




Los enemigos de la Confederación: Para los opositores más radicales, entonces, era la “unidad nacional” lo que estaba en peligro. Se trató de un momento crucial en el que se fue elaborando la idea de lo “nacional-peruano”. Cecilia Méndez opina que este sentimiento se canalizó a partir de la exclusión y desprecio del indio, simbólicamente representado por Santa Cruz. 

La pluma del poeta y satírico Felipe Pardo y Aliaga resulta especialmente ilustrativa. Pardo enfiló sus baterías contra el Protector al que consideraba “extranjero” e “invasor”. Pero el Protector era más extranjero por ser indio que por ser boliviano. La idea de nacionalidad, escasamente velada en las sátiras de Pardo, implicaba un primordial rechazo al elemento indígena como requisito de nacionalidad. Por ello, sus escritos estuvieron salpicados de incriminaciones racistas al llamarlo “indio” o “cholo”, pese a que el padre de Santa Cruz había sido un criollo peruano nacido en Huamanga y educado en el Cuzco. El estigma venía de su madre, una india aymara de apellido Calaumana. En uno de sus despliegues más violentos, Pardo escribió: 

De los bolivianos
será la victoria
¡qué gloria, qué gloria
para los peruanos!
Santa Cruz propicio,
trae cadena aciaga
ah ¡cómo se paga
tan gran beneficio!
¡Que la trompa suene!
Torrón, ton, ton, ton;
que viene, que viene
el cholo jetón
.

La segunda incriminación, la de “conquistador” adquirió una connotación también despectiva pues el delito no era ser conquistador, sino que un “indio” se atreviera a serlo:

Que la Europa un Napoleón
Pretendiese dominar
Fundando su pretensión
En su gloria militar
Qué tiene de singular?
Mas, que en el Perú lo intente
un indígena ordinario
Advenedizo, indecente,
cobarde, vil, sanguinario,
eso sí es extraordinario.

Pero Pardo no fue un personaje aislado. Sus letrillas cobraron tanta popularidad entre los opositores de Santa Cruz que algunas de ellas fueron musicalizadas y se cantaron en plazas, teatros y “jaranas arrabaleras”. De esta forma, sus escritos contribuyeron a formar la opinión pública desde antes que el caudillo paceño ingresara a Lima. 

¿Era sólido el proyecto de Santa Cruz? Jorge Basadre opina que no. Sostiene que la intervención de Chile no fue temible sino por el descontento de los mismos peruanos y bolivianos. Aunque Santa Cruz hubiese vencido en Yungay, habría caído más tarde o, por lo menos, habría sucumbido su sucesor. A pesar de contar con una historia y un circuito comercial comunes, para reunir en las manos de un solo hombre territorios tan amplios, en los que las comunicaciones entre las ciudades eran precarias, el Protector necesitaba colaboradores inteligentes y leales con quienes contar con seguridad y una marina veloz (a vapor) para transportar con celeridad sus fuerzas y trasladarse él mismo a todos los puntos rebeldes. Hubiera, por último, tenido que congregar numerosos prefectos fieles a su plan. Eso, como sabemos, era sumamente complicado en un escenario sembrado de caudillismo.

Otra consecuencia negativa, añade Basadre, es que la Confederación hubiera provocado la fragmentación del Perú ya que en América del Sur varios estados se formaron debido a la dispersión de estados más vastos, como la Gran Colombia. Santa Cruz no hubiera podido ir en contra de la corriente en una probable ruptura entre las repúblicas del sur (Estado Sur-peruano) y las del norte (Estado Nor-peruano). En el caso de Arequipa, la existencia del Estado Sur-peruano o República Sur-peruana”, como dijeron las monedas acuñadas allá, era un peligro para la unidad nacional. Con algunos años más de vida, se habría afianzado: en el caso de un colapso de la Confederación por muerte o derrocamiento de Santa Cruz (en fecha posterior a 1839) habría habido intereses creados resueltos a mantener esa entidad política y hasta anexarla a Bolivia. ¿Y la posible unión del Estado Nor-peruano con Ecuador? 
A lo que Basadre dice cabría añadirle otros factores que hacían de la Confederación una ficción: la ausencia de una ética pública, el personalismo de los caudillos y el vértigo del poder y el caos. Incluso hoy, la los historiadores chilenos llegan a sostener que el gran error de Portales fue lanzar una guerra contra una entidad que se desmoronaría más temprano que tarde.